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viernes, 22 de junio de 2007

Requiem de Junio (V), por Salvador Elizondo

Los Dioses me son desconocidos;
sólo sé que los ángeles están presentes
para dar testimonio de la obra de los dioses.
En el florecimiento de la rosa
y en su muerte;
en el advenimiento de la palabra
y en el silencio inerte;
en el curso del tiempo
ante los ojos sorprendidos;
en el azoro de las aves
que anidan en las grietas de las ruinas
y en su vuelo;
en la desdibujada silueta del viandante
que nos reclama el vino en la mitad del sueño;
y en la muerte
que deja la palabra suspendida,
el vuelo, trunco,
la frase sin sentido...
En todo ello
Están.

Requiem de Junio (VIII), por Salvador Elizondo

El Tiempo Y El Cadáver
se encontrarán en el espejo.
No digas las palabras
que aprendiste a lo lejos.
Un ángel, mientras duermes,
te ronda con su nube de silencio
y el gato se distiende en tu regazo
como un oscuro y palpitante sexo.
Si aprendes a leer
la palma de tu mano,
podrás imaginarte asesina
sobre un tablero de ajedrez,
pero no sabrás qué decir
cuando te hiera la rosa
y brote de tu dedo
la sangre jubilosa.
Ten presente esto:
la muerte es imprecisa como el gozo.
No repitas tu nombre cerca de la columna.
Ven:
desandemos el camino de la noche;
así confundiremos las etapas.
Llegaremos al puerto en la mañana
y luego navegaremos
sin saber a dónde.
Ven,
caminemos bajo un cielo de junio.




Adviento, por Salvador Elizondo

Los sueños no resuelven los enigmas del mar.
Los marineros aprendieron a olvidar
indiferentemente;
por eso cuando juegan a los dados
en el muelle, cuando termina el día,
sueñan en una nueva nave
y en una nueva travesía.
Si el tiempo, como dicen, fuera la esencia del sueño
y en él los marineros se movieran
a través de los días y las noches cuadradas,
a través de las buenas y malas intenciones
de un enemigo incierto
-más precavido, aunque menos experto-
cruzarían el tablero
temerosos del destino inseguro de las piezas
y llegarían al fin de la partida
como se llega al fin de la jornada:
esto es, sin esperanza.
Por eso en la noche,
cuando el tiempo es más torpe, pero más evidente,
la rosa pierde un grado
de su significado
y medra en la penumbra que ciñe los tibores
como un pájaro helado
congelado su vuelo en la frialdad del sueño.
Y el tiempo, bienhechor de mendigos,
propiciador de los que entienden del mercado de cambios,
pierde la concreción de su sabiduría
en los meandros de la geometría.
Los relojes se paran de improviso
desorientados en la medianoche
por algo
que hace un momento
definitivamente
no existía.

Crimen, por Salvador Elizondo

Te reconocerán los asesinos
cuando cruce tu rostro el umbral del espejo.
Entonces olvidarás las letras de mi nombre.
Sí; la noche es como un mar.
Las palabras que digas
cuando roce tu cuerpo la mano del extraño
se quedarán girando en el florero.
Ten cuidado de llevar los dedos en cruz
cuando ruede tu cuerpo los peldaños.
Al alba, desde el puente, te miraré pasar
y cruzaré las mismas calles que cruzaste
tratando de olvidar.
Los espejos entonces
reflejarán mis ojos como si fueran de otro
y otra vez por la puerta insegura
se meterá en la casa la noche como un mar.

El Tigre, por Salvador Elizondo

A M.Tyger, Tyger, burning bright
In the forests of the night...

-¿Te acuerdas de Richter?, dijo
mientras tenía la rosa por el talle.
Después las campanadas del reloj lo turbaron
y se quedó en la noche
fotográficamente eternizado
mientras el viejo tigre acechaba en el quicio de la puerta.
Los que cruzan la calle a través de la niebla,
los que cuentan las horas en las plazas desiertas,
los que van al concierto,
los que dicen el nombre de la Virgen María,
los que se quedan quietos
viendo viajar la sombra a lo largo del muro,
los que evocan a Richter,
saben que el río es más lento y más ficticio
que la quietud del tigre contra el quicio.
Él estaba sentado en el borde inseguro
recordando una a una
las fases de la luna
hasta que el viejo tigre le dio la dentellada
-oyó crujir las ramas de la selva-;
y se cayó de bruces en la noche estrellada.

el año pasado

jueves, 21 de junio de 2007

(reescritura) (...")


Salomé (2003)

En el Foro La Gruta

LO IMPORTANTE EN SALOMÉ ES QUE EL BAILE DE LA OBRA SE CONSTRUYA EN LA MENTE DEL ESPECTADOR: HÉCTOR BOURGES

Carla Méndez

Ni el baile, ni la cabeza de Juan el Bautista serán los ejes de acción principales durante la nueva escenificación de Salomé, sino la exploración visual en donde la mirada se vuelve cada vez más golosa del movimiento, dijo su director Héctor Bourges Valle, quien hace una nueva adaptación al texto de Oscar Wilde sobre el conocido pasaje bíblico de Salomé. Espectáculo teatral, que se acerca más a las expresiones conceptuales, tales como las instalaciones, inicia temporada el 30 de julio en el Foro la Gruta del Centro Cultural Helénico.
En este drama todos los personajes se encuentran encerrados en sus propios monólogos y el punto de acción es que la figura principal se multiplica seis veces. En el montaje hay una presencia masculina en medio de siete actrices; algunas de ellas representan algunos personajes masculinos. Lo importante en esta nueva Salomé es que todos los personajes son Salomé.
Lynda Delgado, Kerygma Flores, Sheila Flores, Estela Quintero, Blanca Ávila, Monserrat Varela, Fernanda Collado y Erwin López actúan en la nueva versión de este personaje, símbolo femenino del mal, que por su erotismo y lujuria se une a la lista de mujeres condenadas por la historia, como Eva o Helena de Troya.
Al respecto Héctor Bourges señaló: "es un tratado sobre la mirada, que va desde la erótica hasta la tecnológica, la cual se da en una época donde es común hablar del narciso como un arquetipo del hombre. Es también un replanteamiento de la incapacidad del hombre por otorgarle a otra persona la calidad de ser humano".
Salomé es un espectáculo conceptual que se convierte en un drama de miradas no correspondidas, donde nadie ve a nadie, en el que el espectador se encuentra en primer término viéndose a través de los espejos del escenario y en segundo ve lo que es una obra de teatro.
La danza de la Salomé multiplicada en seis deberá construirse en la mente del espectador declara el egresado del CADAC, quien dijo que este montaje ha pasado por varias etapas. En el Teatro Carlos Lazo de la Facultad de Arquitectura de la UNAM fue una exploración espacial. Aquí el público subía al escenario y veía a los actores a través de los espejos.
Esta nueva temporada, dijo Héctor Bourges, pretende que el público construya el escenario a partir de las imágenes, puesto que la obra es estática. La inacción física en la obra representa el vacío profundo al que es arrojado el ser enamorado de su imagen (Narciso). La iconografía esta inspirada en imágenes del fotógrafo inglés Edward Muybridge que desde hace mucho tiempo me inquietan y que le dan forma a lo que yo pensaba acerca de Salomé.
Y concluyó: "Es una escenificación que arroja una sensación de vacío porque vivimos en una época, en la que nos acercamos a las experiencias desde la realidad virtual, y donde las causas llegan después que los efectos".
Salome, nueva adaptación de la obra de Oscar Wilde, bajo la dirección de Héctor Bourges, se presentará todos los miércoles en el Foro La Gruta del Centro Cultural Helénico, a partir del 30 de julio a las 20:00 horas.

un muro rojo en san ángel (que data de principios del siglo pasado) (evocación) (l.h.d.m.c., apunte)


lunes, 18 de junio de 2007

desplazamiento (instrucciones: click over the image)


Number 1, 1948, j. pollock.

(l.h.d.m.c., antecedentes, del 2006)

son las calles de la imaginación.
una necesidad de transportar el pensamiento
en una tonada. en una forma de reconocerlo.
es el silencio de los pasos. maneras de buscar
en el muro la mirada.


(pienso en la idea delimitada en un muro.
mas, para eso, pienso en una línea, porque
es casi un esfuerzo figurativo. veo a través
de una hendidura el trayecto del muro. es
un bosquejo de un poema en realidad,
porque ahora lo concibo así. lo necesito así.)

(l.h.d.m.c., antecedentes)

(l.h.d.m.c., antecedentes)


miércoles, 13 de junio de 2007

"estamos destinados a los fantasmas, como los tiburones al mar"


"es posible que este fragmento incierto valga por todos los finales"


mapa (ambystoma tigrinum)


cabeza de apolo (2000)

La era del vacío
Guillermo Vega Zaragoza
Un par de ciudadanas atenienses se encuentran y chismorrean acerca del crimen más reciente que ha sacudido Atenas: el de Atossa, la esposa virtuosa y fiel, y su marido, que fueron encontrados en la calle, ella apuñalada y él decapitado. Sólo se cuenta con el testimonio de una anciana y loca esclava asiria, quien asegura que en el crimen tuvo que ver la cabeza de la estatua decapitada del dios Apolo. Esta es la premisa de la tragicomedia escrita por Héctor Azar en 1971 bajo el título de La cabeza de Apolo y que Héctor Bourges Valles ha montado en el Espacio C del Centro de Arte Dramático A. C. (CADAC), institución fundada por el propio Azar.
¿Qué interés podría tener una obra neoclásica como ésta para el espectador actual? Posiblemente ninguno si se escenificara sin imaginación y se ciñera únicamente al texto dramático original, pero deja abierto un mundo de posibilidades de interpretación. Esto es lo que aprovecha Héctor Bourges para hacer un desaforado e inquietante pastiche teatral, poniendo en escena un ritual vacío, donde lo importante no es la acción teatral en sí, sino el bombardeo de referencias aparentemente inconexas al servicio de la interpretación personalísima del director, la cual al parecer proviene de la lectura casi fanática del libro de Gilles Lipovetsky, La era del vacío (Anagrama), que desde entonces anunciaba el advenimiento del individualismo y el narcisismo del hombre postmoderno.
En la obra se echan mano de múltiples recursos tecnológicos, que son alusiones a la tecnificación del cuerpo humano que permiten descubrir algo verdaderamente horrendo: que "ahí donde debiera haber algo, está vacío".
Los actores cumplen con su cometido de transmitir una sensación de zozobra. El personaje de la cabeza de Apolo se desdobla en su voz, interpretada por José Luis Nieto, y en la cabeza del dios en sí, a cargo de Sandra Schiffner, que debería ser un efebo pero en su lugar nos encontramos con la encarnación de una bella, anoréxica y narcisista supermodelo. Atossa es una cachonda y descerebrada chica a gogó (Kerygma Flores), la esclava asiria es una darkie sadomasoquista (Elizabeth Gómez).
El mito que caracteriza estos tiempos es Apolo, dios fanático de la razón, transmutado en Narciso, cuyo templo para ser adorado ya no se encuentra en Delfos sino en los millones de sitios en Internet, en cualquiera de los 200 canales de televisión por satélite o en los aparadores de algún centro comercial.
La cabeza de Apolo se presenta todos los lunes de mayo en el Espacio C de CADAC (Centenario y Belisario Domínguez, Coyoacán), a las 20:30 hrs

Lea este breve instructivo.

Paso número 1, para sostener el objeto.

Sin que haga mayor diferencia el que se encuentre de pie o en un asiento, estire levemente los brazos, del modo en que normalmente se sostiene un libro, para sostener el objeto.


Paso número 2, para ver el objeto.

Una vez que tiene en sus manos el objeto de la manera apropiada, es preciso que se repare sobre el modo en que la inclinación de la cabeza se debe realizar. Procure tener la espalda recta, lo más que le sea posible, ya que esto permitirá que su cuello esté extendido y su rostro pueda bajar sutilmente, apenas lo necesario, para que pueda hacer el movimiento de la manera en que es precisa, viendo lo que tiene enfrente sin que parezca que lo está usted viendo en realidad.


Paso número 3, para finalizar.

Entregue, extendiéndolo con la mano derecha -con discreción- el objeto a la persona que tenga más próxima.

domingo, 10 de junio de 2007

( )

Salvador Elizondo.—"No creo. Yo estoy seguro que escribía mentalmente mucho, pero manualmente ya no le interesó. No sé por qué, o que razones hubo para que Rulfo perdiera la capacidad de escribir. Porque yo me acuerdo que cuando le dieron el Premio Nacional en Zacatecas, tenía que hacer su discurso para el evento y estaba totalmente desesperado de no poder hacer ya ese discurso y acudió a mí para que yo le ayudara. Le hice apenas media cuartilla, que es muy poco para esas ocasiones".
“Se exasperaba y no entendía lo que estaba leyendo y lo mismo pasó cuando iba a entrar a la Academia. Ahí tenía que hacer un discurso mucho más largo y tampoco pudo y lo dejó por la paz
”.

sábado, 2 de junio de 2007