Xolotl
(?-Tenayuca, actual México, h. 1232) Caudillo chichimeca. Personaje legendario que según la tradición guió a los nómadas chichimecas durante su entrada en el valle de México. Los chichimecas eran un conglomerado de pueblos cazadores y agricultores itinerantes, entre los que se contaban los náhuatl y los otomí, considerados bárbaros por los restantes pueblos de la zona, hasta el punto de ser llamados despectivamente «de la estirpe de los perros». Xolotl aprovechó la situación de vacío de poder que siguió al abandono por parte de los toltecas de la ciudad de Tula para asentarse en este lugar. A continuación, extendió sus posesiones gracias a la ocupación de Tenayuca y Texcoco y recibió el vasallaje de pueblos de la región como tepanecas y acolhuas, con los que los chichimecas acabarían por mezclarse.
Xólotl
en la mitología azteca, dios del lucero de la tarde, arrastraba al sol hacia las tinieblas nocturnas, del mismo modo que el perro acompañaba a los muertos hasta su entrada en el inframundo. Su nombre, en náhuatl, significa perro o animal, pero también gemelo. De figura deforme, tenía los pies hacia atrás. También se representaba como un esqueleto con el sol a cuestas o como un perro muerto con una flecha en el hocico. Según la visión de los toltecas, era el doble de Quetzalcóatl durante su estancia en el mundo subterráneo.
Xolotl
Representa tanto el fuego que cae del cielo como la luz ascendente de las llamas. Es parecido a
Nanahuatl y aparece como el representante del sacrificio humano.
Xólotl
(Códice Fejervary-Mayer)
En la mitología azteca y tolteca, Xólotl (el animal, señor de la estrella de la tarde y del inframundo) era el dios del relámpago, los espíritus y además el ayudaba a los muertos en su viaje al Mictlán.
Xólotl era también el dios de fuego y de la mala suerte. Era gemelo de Quetzalcóatl, y la personificación maligna de Venus. Protege al Sol cuando viaja a través del inframundo durante la noche. También llevo adelante al género humano y le entregó el fuego de la sabiduría. En el arte, Xólotl fue representado como un esqueleto, un hombre con cabeza de perro - "xólotl" también puede significa perro en náhuatl, la lengua azteca - o un animal monstruoso con pies invertidos. Él era también el patrón del juego Ulama. Es identificado con Xocotl como el dios azteca del fuego.
El nombre del axolote (náhuatl: atl-xólotl, 'Monstruo del agua' )?, un tipo de salamandra neoténica natural de México, no proviene directamente del dios, aunque la mitología los relaciona directamente: cuando los dioses debieron ser sacrificados para poner en movimiento al Quinto Sol, Xólotl se escondió para no ser muerto. Primero se escondió en un maguey llamado mexólotl (maguey doble), luego en otras cosas monstruosas y finalmente se convirtió en el axolote del agua, donde lo capturaron para ser sacrificado.
El xoloitzcuintle es el nombre del perro sin pelo mexicano (también conocido como Perro Pelón Mexicano), especie canina endémica de México y Centroamérica. Esto es una de mucha especie de perros natal en las Américas y a menudo es confundido con el Perro peruano calvo. El nombre xoloitzcuintle (náhuatl: xólotl-itzcuintli, Perro de Xólotl, Perro monstruoso )? hace la referencia a Xólotl porque, históricamente, una de las misiones de este perro debía acompañar a los muertos en su viaje en la eternidad, del mismo modo en que el dios era acompañante del viaje del Sol por el inframundo. A pesar de este lugar prominente en la mitología, la carne del Xoloitzcuintle era gran parte de la dieta de algunos pueblos antiguos de la región.
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