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viernes, 11 de diciembre de 2009
Escribe Juan Carlos Martín, Ciego
Reportes
Martes, 1/12/2009
Gloria:
Fue con la primera visitante que inicie el recorrido por el cuarto rojo.
Impresión:
A lo primero el diálogo fue mas bien escaso, a medida que ibamos recorriendo el cuarto y nos ibamos haciendo preguntas, de donde eramos, intercambiando opiniones sobre el color del cuarto y me iba describiendo algunos objetos del mismo nuestro diálogo fue en aumento.
Gloria era una mujer agradable, de mucha conversación, muy sensibilizada con el apoyo a las personas ciegas por lo que pude observar.
Hubo un momento de la visita que sin querer nos olvidamos del cuarto rojo y nos dejamos arrastrar por la conversación que me dio la impresión de que a la mujer le agradaba, algo que yo también sentí.
Tanto fue el interes, la concentración en la misma que sin esperarlo me quedé impresionado al saber que teníamos una amiga en común, una impresión agradable.
Luego regresamos al cuarto rojo, es decir salímos de nuestra absorción y regresamos a recorrer cada rincón del cuarto, para describirme algunas cosas mas, poco mas para al final entrar en el cuarto oscuro y leerla el texto de Pascal Quiñar.
Me quedo un buen sabor de boca, una impresión agradable por la conversación y atención de Gloria, y como no, el intercambio humano que hubo, donde hablabamos de igual a igual sin importar nada mas.
Angeles:
Fue la segunda visitante con la que estuve.
Impresión:
Era una mujer mas cohibida en palabras, el diálogo fue pobre en toda la visita.
En la primera parte del recorrido apenas intercambiamos alguna frase que otra, luego el silencio se apoderaba de nuestra visita por lo que tuve que optar yo por romper el hielo y pedirla si por favor me podía describir lo que estaba expuesto.
Así lo hizo, empezó a describirme lo que había en cada rincón, encima de las baldas, pero la conversación no pasó de pura descripción del cuarto.
Tuve la impresión de que la costaba mas relacionarse con las personas con discapacidad, aunque su atención y disponibilidad para guiar y contarme lo que se veía era buena.
Angeles me dejo la impresión de ser una mujer mas cohibida, mas intrometida, con poco diálogo y si mucha observación de lo que le rodeaba.
Pues si pude intuir que en cada rincón, en cada paso que dábamos en el cuarto se paraba para ver el objeto que estaba expuesto sobre una balda, los cuadros.
Pasamos al interior del cuarto oscuro donde le leí el texto de salvador Elizondo, y tuve la impresión de que escucho pero estaba absorbida por sus pensamientos.
Martes, 08/12/2009
Cristian:
Fue el primer visitante con el que inicie el recorrido por el cuarto rojo.
Impresión:
Al poco de entrar en el cuarto, empezamos a dialogar, me describió sin yo pedirselo cada objeto expuesto.
Fuera de ello poco mas hablamos, mas que dos o tres preguntas, y nuevamente regresamos a la exposición.
Cristian me dio la impresión de que se tiño a lo que iba y no hubo mas conversación.
Pero la atención fue buena, y si puso atención al texto que leí de Salvador Elizondo, acabando su visita con la frase siguiente; “ Yo te he descrito cosas agradables, pero el texto era muy sangriento”, y nos echamos a reir.
Gabriel:
Fue con la segunda persona que accedi al cuarto rojo.
Impresión:
Esta joven me describió cada rincón del cuarto, hasta objetos que no sabía de su existencia en las anteriores veces.
Me hizo una descripción detallada de cada cuadro, de cada retrato.
También tuvimos momentos donde la conversación salió del recorrido para centrarnos en otros intercambios como el gusto por los sonidos del agua y otros elementos de la naturaleza.
Algunos cuadros, como donde se veía una costa bañada por el mar nos arrastro ambos hacia el mismo pensamiento y lo expresamos en voz alta.
Fue el gusto por el sonido de las olas, que pareció aflorar al mismo tiempo de nuestro interior, a partir de este pensamiento, de este intercambio llego otros, y todo giró alrededor de lo que nos inspiraba lo que había en el cuarto.
También conversamos sobre temas distintos a el cuarto, de nuestros lugares de origen, un poco de nuestra vida profesional, pero nuevamente todo volvió a girar entorno a la inspiración que nos transmitía el recorrido.
Finalmente nos dirigimos al cuarto rojo donde la leí el texto de Pascal Quiñar, que al finalizarlo ella me dijo de qien era y me aconsejo que lo leyera pues era muy bueno.
La impresión general que me dejo Gabriel, fue de una mujer con una facilidad de intercambio de conversacion muy agradable, con mucha cultura y con una atención hacia todo muy buena.
Marsela:
Fue con la tercera persona que recorrií el cuarto rojo.
Impresión:
Al poco de acceder al recorrido fue ella qien empezó a describirme lo que se veía al mismo tiempo que charlabamos de otras cosas.
Vi que era una mujer con mucha facilidad de palabra, ella fue qien me preguntaba, y ella me dejó sorprendido me contó sobre una ciudad, una ciudad que ambos nos gustaba.
Durante todo el recorrido ibamos pasando de lo que se veía en el cuarto, como charlabamos de otros asuntos, de otros temas, la plática fue fluida y muy agradable.
Finalmente acedimos al cuarto oscuro, donde ella fue entonces qien pidió de mi ayuda pues le costaba mucho ver el suelo y sentí que tenía miedo al caminar, nos acercamos a la fuente y le leí el texto, el cual era de Salvador Elizondo, también me lleve una grata sorpresa cuando me dijo qien era el escritor del texto, y de que libro estaba extraído.
Me aconsejo que lo leyera pues era muy bueno.
Impresión general de Marsela:
Una mujer agradable, con mucha cultura y un intercambio de platica muy fluida.